jueves, 5 de febrero de 2009

La política criminal juvenil en España y el síndrome de Cristóbal Colón

La justicia penal juvenil en España y el síndrome de Cristóbal Colón.
Tomás Montero Hernanz.

Montero es Jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de Instituciones Penitenciarias.
A pesar de las cinco reformas que ha sufrido la Ley Española, Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, sigue abierto el debate sobre ella. Las opiniones se polarizan y no parece que por convicción sino por oposición a lo que otros manifiestan o por el papel que en cada momento hay que representar.
Posiblemente, dice Montero, como Cristóbal Colón, no sabíamos en el año 1995 hacia donde nos dirigíamos, no sabemos donde hemos llegado y tal vez hoy no tengamos claro donde hemos estado.

"Educar a los jóvenes para no castigar a los adultos. Sabia frase que en estos tiempos parece haberse olvidado.
La reciente propuesta de Mariano Rajoy sobre justicia juvenil ha levantado un gran revuelo social. Desde su anuncio cientos de comentarios y artículos de opinión inundan los medios de comunicación. Quizá el hecho de que estuviéramos ante unas próximas elecciones dio más repercusión a esta noticia y sobre ella y contra ella se han alzado muchas voces, aunque bien es cierto que es una demanda que ya se había apuntado por muchos jueces, fiscales y expertos en la materia.
Recuerdo ahora unas palabras de Pedro Núñez Morgades, quien fuera Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid: en 29 años, no he visto nunca una Ley que tenga un rechazo social tan unánime por culpa del abandono que ha tenido por parte de las administraciones y de sus responsables. Es una ley que responde a un criterio constitucional y que causa rechazo con sólo nombrarla. Es políticamente incorrecto hablar de esta norma. Hay administraciones que no saben ni las responsabilidades que les atribuye esta norma.
Realmente la mejora en el tratamiento de la delincuencia juvenil y de los menores infractores (a veces la referencia a la delincuencia parece olvidar a las personas, convirtiéndolo en algo abstracto) desde la publicación de la Ley Orgánica
5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores (LORPM), es palpable (lo cual no significa que no sea mejorable), igual que es palpable el progresivo endurecimiento legal del tratamiento del menor infractor fruto de las sucesivas reformas (cinco desde su publicación en el año 2000), algo que es común con el entorno jurídico y cultural en el que nos movemos y también con la evolución de nuestro sistema punitivo nacional (sólo
hay que echar un vistazo a nuestras cifras de criminalidad —por debajo de la media de la Unión Europea— y a nuestra ratio de internos en prisiones —130 por cada 100.000 habitantes, cuando la media de los países de la Unión Europea se cifra en 90—), donde el principio de tolerancia cero ante la delincuencia parece haber calado.
En nuestro país, la sociedad muestra en la actualidad una gran inquietud ante el fenómeno de la delincuencia juvenil.
Esta situación se debe, entre otras causas, a una sensación de aumento cuantitativo de la misma, a la creencia de que los menores infractores gozan de una gran impunidad a la hora de delinquir, ya que al no aplicárseles el Código Penal, ha calado la idea de que la LORPM es excesivamente benevolente con los jóvenes infractores, a la creencia de que los jóvenes de hoy en día son más violentos y agresivos, habiéndose incrementado la gravedad de sus delitos y en los últimos tiempos, a la precocidad en la comisión de delitos, amparándose en la impunidad en que quedan los hechos cometidos por menores de 14 años."

Texto completo acá.

No hay comentarios.: